Solo era un padre que quería ver a su hija. Miguel Ángel Salgado Pimentel murió de tres disparos en la puerta de su garaje el mismo día que los jueces le daban la custodia de la pequeña. Su exmujer, abogada y madre de la niña, está en la cárcel, a la espera de ser juzgada por contratar al sicario que apretó el gatillo.
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